sábado, 5 de enero de 2013

CAPITULO 10


Paula se despierta a las doce, se higieniza y se prepara para salir pero como era muy temprano realizó un mate y se sentó en la galería a tomarlo; suena su celular y lo atiende.
-Hola mamu.
-Hola hermosa, te llamaba porque ya te conseguí una señora para que te ayude en la casa.
-En serio, genial y cuando puede venir??
-Ahí está el problema es tía de la señora que me ayuda a mí y llega el sábado de Buen Aires, si no te jode mucho esperar hasta el lunes.
-No si no hay otra la espero además me gusta que sea medianamente conocida.
-Si la mía es de total confianza jajajajajaja me la traje de casa.
-Buenísimo me gusta por lo menos es pariente de la tuya.
-Si es muy buena gente y súper discreta quedate tranquila.
En eso oye que Pedro la llama desde la habitación por lo que saluda a nazarena, cuelga la llamada y se dirige a ver que quería su novio.
-Pauuu
-Sí que pasa?
-Yo no sé dónde está mi ropa en esta casa.
-Dónde la dejas, tirada por el piso o amontonada sobre el canasto, tanto te cuesta levantar la tapa y colocarla adentro??
-Desde que llegamos solo reclamos recibo, que te pasa nena??
-Cómo que me pasa? Vos parece que viniste de vacaciones y te recuerdo que acá vivimos dos personas y los dos debemos sacar adelante la casa pero vos no sabes ni si hay pan.
-Todo el día te pasas reclamando que no hagas esto, no dejes aquello si querés estar sola decímelo y me voy.
-Te das cuenta que no entendés nada Pedro y que lo que digo lo interpretas a tu modo.
-Pero eso es lo que siento desde que llegamos, me vivís cagando a pedo y encima no te importa quién esté.
-No te cago a pedo, solo quiero que veas que esta casa es de los dos.
-Sí, pero al parecer parece solo tuya.
Recibe un silencio como respuesta ya que ella se da media vuelta y sale de la habitación; al rato siente el auto que sale a toda velocidad. Él baja corriendo las escaleras pero solo el polvo pudo ver, eso lo dejó más molesto aún y con una mezcla de angustia.
Paula llega a lo de Horacio y al verlo salir se tira a sus brazos llorando, él como a unas de sus hijas la abraza y calma, agradece que nadie esté despierto aún para que no se enteren de nada.
-Calma, preciosa, qué paso? Espera hago un mate y salimos.
Horacio entra a la casa saca el termo y el mate, le pide las llaves y salen para el lado del lago; cuando encuentran un lugar estaciona el auto, salen y se sientan en el pasto.
-Bien ahora contame que pasó?
-Discutimos muy fuerte y me dijo que yo desde que llegamos estoy intentando que se vaya.
-Pero cómo puede pensar una cosa así, es tarado.
-Me reclamó que no tiene lugar en la casa, mi ropa también quedó en una valija y en el piso.
-Paula lo que te voy a decir no es para defender a mi hijo sino para que lo entiendas. Anita era un amor con todos sus hijos pero por pepe tenía una devoción especial y lo malcrió demasiado; ella y sus hermanas jamás dejaron que él realice cosa alguna en la casa.
-Sin embargo, yo soy la mayor de tres hermanos y siempre me hice cargo de todo.
-Sí, querida es por donde yo veo los problemas que están teniendo.
-Pero no me puede decir que no lo quiero en casa, cuando yo me desvivo por atenderlo.
-Lo sé, lo sé… pero date cuenta que por ser el menor de cinco hermanos es el más caprichoso.
-Y chocamos con mis caprichos y manías.
-No son manías, solo queres mantener arreglada la casa y en orden cosa que Pepe siempre tuvo sin que él mueva un dedo.
Más de una hora se pasan charlando y cuando Paula está más calmada, le dice:
-Qué vas hacer ahora??
-Voy a ir al súper necesitamos víveres.
-Bueno te acompaño y luego me llevas a casa.
-Gracias Horacio me hizo mucho bien hablar con vos.
Acompañada por su suegro realiza las compras y se dirige a su casa, luego de dejar a Horacio en la suya.

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