La
salida fue un caos pero todos los protagonistas se tomaron su tiempo para
sacarse fotos, firmar autógrafos y recibir las cartitas que les querían
entregar, Pedro inconsciente o no siempre
estuvo al lado de Paula como cuidándola como hacía todas las noches y hasta le
tomó del brazo para hacerla subir a la combi.
-Vamos
a comer??
-Sí,
por supuesto, tengo un hambre que me como un caballo.
Dijo
Gustavo que envía un mensaje a su mujer para ver si venía con él o la pasaba a
buscar más tarde.
-Ustedes
chicos???
-No
sé, si Pau quiere ir, no hay problema.
-Sí
yo no tengo problema.
-Bueno
decidido vamos a comer comida árabe, Fabián conoce un lugar donde ya dejó la
orden ahora avisa cuanto somos.
La
alegría fue contagiosa y la charla muy amena, los comentarios sobre la función
y algunas cositas que podrían incorporar que a Pedro le parecen graciosas,
Paula a su lado lo observaba fascinada amaba la faceta de productor que tenía y
la forma en que exponía.
Cuando
salen del restaurant, ya cada uno en sus autos se dirigen a sus casa, ellos llevan
a Tito y Marcela que charlan animadamente; cuando los dejaron en su casa el
silencio volvió a reinar entre ellos.
En
la oscuridad de la noche se percibían pequeños relámpagos a lo lejos se avecinaba
una tormenta, el ambiente era pesado un calor húmedo que anunciaba que iba a
ser fuerte.
Al
llegar a la casa, sin que Paula se lo diga él va y tapa la pileta con el
plástico para que no se ensucie con hojas o tierra. Ella había ingresado a la
casa, revisa los perros que estaban felices de verla y se dirige a la habitación
a prepararse para dormir.
Cuando
sale del baño observa que la almohada de Pedro no estaba, luego de la primera
impresión se acuesta y apaga la luz; se había ido a dormir en la otra habitación,
eso genera bronca al principio en ella y sus pensamientos brotan sin dejarla
dormir.
-“es
un caprichoso y un mal criado” “así cree que voy a ir a vivir con él, ni loca” “para
caprichosa ya estoy yo y tener que aguantar a un malhumorado nooo”
A
la vez que cada frase salía en sus pensamientos, caían las lágrimas por sus
mejillas y después fueron torrente… apretaba sus labios para no emitir sonido,
hasta que las palabras que su suegro y Naza le dijeron brotaron como
luciérnagas:
-“Anita
tenía debilidad por Pepe y lo malcriaba mucho” “Ella y sus hermanas no dejaron
que él haga algo en la casa jamás””vos tenes que ceder un poco” “despacio lo
vas a ir amoldando a tu manera pero no esperes que sea de la noche a la mañana”
Solo
el estruendo de un rayo cercano la sacó de sus pensamientos y la realidad le
mostro que la tormenta ya estaba en su apogeo, el viento fuerte y un segundo
rayo la hicieron temblar de miedo que se sentó en la cama y abrazar sus piernas
para darse valor, le tenía terror a las tormentas.
….
Una
vez que hubo tapado la pileta, se quedó
unos minutos más afuera y cuando entró lo hizo con decisión subió a la habitación tomó su
almohada y se dirigió a la habitación de al lado; sonrió con ironía “la
habitación del enojado” le habían puesto ese nombre entre risas y él la estaba
usando ahora.
Encendió
un cigarrillo y se acostó, hacía mucho tiempo que no hacía eso desde que dormía
con Paula no fumaba en la habitación porque no le gustaba el humo; ese
pensamiento le dio más determinación en estar solo y su mal humor fue en
aumento.
“no
fumes en la habitación” “no dejes la ropa tirada” “podes levantar la mesa” “sécate
bien la espalda que manchas los almohadones” todas las frases se iluminaban
como las luces de los relámpagos, todos los males tenía él??? era su pregunta, acaso
ella era perfecta era la respuesta: -“es una caprichosa” “quiere que todo esté
como ella quiere” “maniática y obsesiva” “justo yo me vengo a enamorar de una señorita
perfección”.
El
cigarrillo se consumió y el humo en la habitación pareció ahogarlo, se levanta
y camina hacia la ventana, la abre y respira el aire a tierra mojada, se viene
la lluvia y con ella la las frases que oyó esa noche también: “que aportaste
vos a la convivencia” “solo quiere que la ayudes en el hogar” “yo era
desordenado y Xime me fue volviendo más ordenado”.
El
viento fuerte lo obliga a cerrar la ventana y el rayo que cayó cerca la hizo
vibrar y eso lo trajo a la realidad: “Que
hacía ahí, en una habitación fría” “haciéndose el enojado todo el día porque él
había tirado su ropa por cualquier lado y la culpó a ella de no importarse por
sus cosas, cuando él desde que llegó solo se dedicó a sentarse en el sillón a
jugar a la play, a la pileta, al futbol mientras ella se dedicaba sola a todo
lo demás”.
Un
segundo rayo más fuerte aún que el anterior le hizo tomar la determinación fue
hasta la puerta la abrió y caminó hasta la habitación donde estaba la persona
que lo llenaba de amor, lo contenía y le daba paz, no golpea solo la abre y
entra.
Lo
que ve al entrar lo hace odiarse, estaba sentada en un rincón de la cama
abrazando sus piernas temblando de miedo. En su mal humor no se acordó que la
aterraban las tormentas, se acercó con determinación y la abrazo; ella también
dando rienda suelta a toda la angustia que tuvo contenida durante todo el día y
él también, acariciaba su cabello y depositaba besos hasta que quiso hablar:
-Soy…
Fue
lo único que pronunció ya que ella le cubrió la boca los dedos temblorosos y
después con sus labios, lo beso despacio con temor al principio y luego con
ansias.
-No
hables solo hacéme sentir que nuestro amor va a poder contra todo.
-Sí
amor, así va hacer.
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