domingo, 13 de enero de 2013

CAPITULO 22


Paula se despierta, observa al hombre que tiene al lado, como puede ser tan lindo así dormido y a la vez como puede roncar tan feo piensa y sonríe. Lo quiere como nunca había querido antes, sin desmerecer los sentimientos que hubiera tenido por sus ex novios que por cierto ya ni los recordaba, como habían cambiado sus pensamientos desde que conoció a Pedro. Llenaba su vida por completo desde que se cruzaron en los pasillos de Ideas que no pensó en otro hombre que no fuera él los demás dejaron de existir.
La semana venía bastante bien se levantaban ya pasado el mediodía y luego de unos mates disfrutaban del sol, la pileta y los amigos, también de reportajes de distintas revistas y diarios locales y nacionales pero hubo un día que no todo fue rosas. 
Se levanta realiza su rutina para estar cómoda en un día caluroso y a pleno sol, atiende a sus perros, prepara el desayuno cuando lo tiene listo se dirige a despertar a su novio.
-Gordo, ya está el desayuno.
-mmmmm bueno ahora voy.
-Dale!!! Sabes que no quiero estar sola tomando mate.
No obtiene respuesta se da media vuelta y sale de la habitación directo a la galería se sienta y disfruta del paisaje mientras toma unos mates; tiempo después aparece su novio, serio, silencioso y se sienta a su lado, ella le ofrece un mate y él le hace señas de no querer.
Luego de estar un buen rato allí sentados donde el silencio fue cortado simplemente por alguna orden de Paula a los perros; ante esta escena ella ingresa a la casa pasa un tiempo realizando tareas aquí y allá mientras de vez en cuando observaba a Pedro que permanecía en el mismo lugar, mirando no sabía qué ya que no podía ver por los anteojos oscuros que traía puesto.
La mente de ella volaba a mil por hora “¿qué había pasado?” “¿había hecho o dicho algo que lo molestó?””¿Por qué no le dirigía la palabra si siempre lo hablaban todo?” eran algunas de las preguntas que se hacía pero la respuesta no llegaba; hasta que no aguantó más y se fue a preguntárselo.
-Gordo, pasa algo?
-Nada.
-Y por nada estás así sin dirigirme la palabra?
-No quiero discutir Paula.
-Pero… porque lo haríamos si solo te estoy preguntando si te pasa algo?
-Ya te contesté, nada, no me pasa nada simplemente no quiero hablar.
-Ah claro…  como vivís solo, no?
La mira se levanta y se va caminando hacia el hermoso parque que tenía la casa a tomar asiento debajo de uno de los árboles pero se olvidó que con ellos estaban otros dos seres que no entendían que quería estar solo y lo siguen haciendo fiesta a su alrededor.
Esa paz del lugar, el aroma a naranjos y lavandas lo hacían transportarse a lugares de su infancia donde compartía los días con uno de los seres que más quería y ya no estaba con él, su mamá.
Pero también desde  ese lugar observaba a la mujer que jugaba con los perros con una sonrisa en los labios les prepara la comida y se las da, colocaba la ropa sucia en la lavadora ingresa a la casa y cuando sale enfundada con una musculosa roja y una pollera larga hasta los tobillos, lentes oscuro le dirige la mirada por un instante, llama a los perros, un ratito después escucha el sonido del auto que sale de la casa.
“Porque es tan temperamental” “él solo le dijo que no quería hablar” “¿a dónde se iba?” “no le costaba nada avisarle donde iba” igualmente a pesar de pensar todo eso no se movió del lugar donde se encontraba.
Cuando por fin ingresa a la casa, sobre la mesa hay una esquelita “estoy en lo de Naza, pensá tranquilo” ya con eso era una declaración de guerra.
Llega la hora de prepararse para el teatro y oye el auto que ingresa al garaje, el ladrido de las mascotas y la vos de ella; él se encontraba en la sala mirando tele abraza a Moro que reclama su atención, lo sube al sillón a su lado pero atento a los movimientos de Paula que les prepara la comida, los llama se los da y sube a la habitación.
….
El camino de ida lo hicieron en silencio con música de fondo; cuando se reúnen con sus compañeros la charla se generaliza, ambos se sientan juntos en la trafick que los traslada al teatro. Las dos funciones son espectaculares y como los dos están siempre uno al lado del otro nadie se da cuenta si pasa algo entre ambos porque se responden a las preguntas y él siempre está atento con ella.
Pasada las cuatro de la mañana regresan a la casa, él saca la basura mientras las mascotas salen a realizar sus necesidades, le echa cloro a la pileta y cuando llega a la habitación ella sale del baño preparada para dormir.
En el silencio de la habitación se escucha un escueto “Buenas Noches” de ella y la respuesta de él.
-Pau no quiero que estemos así.
-Vos hoy no querías hablar, bueno yo ahora quiero dormir.
Le da la espalda y se duerme o por lo menos es lo que intenta aunque le cuesta, ella entiende que él necesita su espacio y su tiempo para pensar pero también se tiene que dar cuenta que él no está solo en la casa y el diálogo es una parte importante en la convivencia.
Ella sabía cómo hacerlo sentir mal y ésta era una de ellas darle la espalda. Con bronca toma el control y apaga el televisor, le da la espalda y el silencio vuelve a reinar.
Cómo Paula es la primera en despertar se levanta y luego de pasar por el baño sale de la habitación intentando no hacer ruido, se prepara un mate y deja el café caliente para cuando Pedro se levante.
Es sábado y debe ir a trabajar de movilero para la cocina en la casa de Flavio por lo que al sonar la alarma la apaga y se levanta obviamente ella ya no estaba en la habitación; la encuentra en la galería tomando mate, él sale con su taza de café.
-Buen Día.
-Buen día, llamó celeste dice que te esperan a las una.
-Gracias… gorda no quiero que continuemos así.
-Así cómo.
-Sabes de qué te hablo… que te pasa?? No sos una criatura pero te comportas como tal.
-No sé a qué te referís.
-Ayer no me pasaba nada con vos solo que no quería hablar, no por algo en especial.
-Y yo tengo que adivinar que vos no querías hablar y no molestarte.
-No, no es eso… bueno por ahí no estuvo bien la forma en que te lo dije.
-Yo te banco en todo, gordo pero tenés que entender que acá somos dos y que el diálogo es muy importante en la pareja.
-Hay Paula tampoco soy tan boludo de no darme cuenta.
-Sé que no lo sos, pero no te costaba nada decirme… gorda, tengo unas ideas para mejorar la obra.
-Siempre soy yo el que mete la pata.
-No amor, solo digo que lo hablemos todo. Yo puedo entender que necesites silencio para desarrollar tus ideas, por eso me fui con Luca y moro para que no te molesten.
Como él no responde ella deliberadamente se levanta y se sienta en su regazo, lo mira a los ojos, le arregla el pelo y lo besa muy despacio al principio como temiendo la respuesta pero él la abraza por la cintura y profundiza al enlazar con su lengua la de ella. Se encuentra así prodigándose mimos por un rato.
-Te amo no lo olvides.
-Lo sé pero no dejes de hablarme, hasta para pedirme que me calle pero hablemos siempre.
-Sí amor.
-Ahora subí y cambiate esa remera que es horrible.
-jajajaja que tiene de malo?

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