La
semana continúa con la casa llena de amigos y parientes; la convivencia “solos”
en sí no se da, ya que siempre están rodeados de personas aunque comienzan las
pequeñas quejas de Paula hacia Pedro.
-Gordo,
podes echarle cloro a la pileta.
-A
ésta hora??? Mañana a la mañana lo hago.
-No
gordo, tiene que ser ahora así para
mañana está limpia.
-Bueno,
ahora voy.
Paula
limpiaba la cocina para dejarla ordenada para el otro día; al ver que él ni se
movió sale y ella misma hace el trabajo.
Luego
se dirige a la habitación y se prepara para dormir, en esa tarea se encontraba
cuando él aparase.
-Porqué
no me dijiste que subías??
-Para
que si estas tan metido en la tele que no me oís.
-Hay
no seas dramática.
-No
lo soy, le echaste el cloro a la pileta como te lo pedí.
-Huy
me olvidé, ya lo voy hacer.
-Deja,
ya lo hice yo.
Él
no volvió a hablar ni ella tampoco, salvo un escueto “hasta mañana”.
Domingo
31, el sol cordobés es abrazador y desde temprano la casa se llena de gente por
lo que los roces del día anterior son apartados y el trato es ameno, como el de
toda pareja que dejan lo suyo para la intimidad y nada sale a la luz.
Igualmente
Pedro no se da muy por aludido de cual es en sí el malestar de su novia que se
enoja por todo.
Esa
noche Paula se siente triste a pesar de la algarabía reinante en la casa y de
eso él sí se da cuenta con solo observarla a los ojos.
En
un momento con una excusa sube a la habitación a buscar algo que solicitaron,
pero en realidad solo quería estar sola un ratito y descargar su angustia. Para
mira la oscuridad de las cierras iluminada solo con la luz de la luna desde su
ventana, se abraza como queriendo darse calor en un frío aparente que no
existe; así la encuentra Pedro que al entrar a la sala y preguntar por ella le
dicen que se subió a la habitación en búsqueda de algo que necesitaba, sube a
ver qué sucedía.
Cuando
la ve así, con la luna bañando su silueta ya que la habitación estaba a
oscuras.
Él
se acerca la abraza por la espalda y la sostiene así, hasta que ella se da
vueltas y apoya su cabeza sobre sus hombros y llora en silencio.
-Bueno,
amor que pasa?
-Nada,
una pavada.
-Cómo
nada, amor, si estas llorando.
-Es
que ni yo sé porqué; recordaba todo lo que pasé este año, fue tan hermoso que
no quiero que se termine.
-Lo
decís por lo nuestro?
-Sí,
siento como que todo lo que vivimos juntos, es lo que siempre quise sentir el
día que estuviera de novia, como en un sueño.
-Y
tenés miedo que se termine a las doce de la noche.
-jajajajaja
si, algo así.
-Tonta.
Y
antes de continuar hablando toma su cara entre las manos, le seca las lágrimas
y la besa largamente con inmensa ternura, luego la abraza aún más fuerte.
-Tonti,
sabes que va a suceder a las doce de la noche de hoy?
-Qué?
-Te
voy abrazar así de fuerte y te voy a besar, para que lo primero que sientas
desde los primeros minutos del año nuevo sean mis brazos a tú alrededor y mi
boca en la tuya.
-Gracias,
mi amor.
-Porqué?
-Por
comprenderme y por este año maravilloso que vivimos juntos.
-Bueno,
no tan maravilloso, tuvimos nuestras agarradas.
-Sí,
ya sé, pero esos momentos también lo hicieron maravilloso.
-mmmmm
si fuera por mi lo recibiríamos al año nuevo de otra manera, pero se van a dar
cuenta.
-jajajajajaja
así y como lo recibiríamos??? Solo para tener una idea.
-mmmmm
me estas provocando y sabes que el nene reacciona rápido.
-jajajajajaja
solo quiero saber de qué me pierdo.
-Te
amo, hermosa, más que nunca y más que a nada.
-Yo
también… me das otro beso como el de recién???
Él
no habla, la rodea por la cintura con los brazos y ella por su cuello, se besan
como sellando una etapa y escribiendo una nueva, con ansias, con hambre y a la
vez con ternura; al separarse ambos están agitados y Pedro es el primero en
hablar.
-Será
mejor que la terminemos acá por el momento.
-mmmm
sí, abajo se deben preguntar qué hacemos que no bajamos.
-jajajaja
no sé si lo preguntan o si no se lo están imaginando.
-Bueno
vamos entonces.
-Aunque
no quiero, tenés razón, vamos pero antes arréglate el maquillaje, estás
horrible.
-jajajajaja
nooo, tan fea estoy??? Se me corrió todo.
Se
observa al espejo y solo un pequeño retoque para borrar las lágrimas y es todo;
eso lo hace aún abrazada por su novio que la observa con una sonrisa en los
labios.
Cuando
bajan, nadie hace mención a la ausencia de ambos pero sus sonrisas los delatan,
estaban imaginándose una escena que estuvo muy cerca de ocurrir.
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